Cuando algo que esperamos no llega en el momento pensado, ni un poquito después, ni un poquito después; pasa de ser espera a desesperanza. La espera puede ser de unos minutos...unas horas...días...décadas. Cuando es de minutos puede ser agobiante.

La peor parte llega cuando lo muy esperado llega y uno está tan agotado de esperar y confabular, que no es disfrutado como se esperaba. No pasa siempre, a veces la espera es buena y necesaria, inevitable. Pero cuando si pasa no hay nada que hacer. Solo se cambia la desesperanza por esperanza y quiera uno no más espera y se sigue adelante. Porque siempre se sigue.

La peor parte llega cuando lo muy esperado llega y uno está tan agotado de esperar y confabular, que no es disfrutado como se esperaba. No pasa siempre, a veces la espera es buena y necesaria, inevitable. Pero cuando si pasa no hay nada que hacer. Solo se cambia la desesperanza por esperanza y quiera uno no más espera y se sigue adelante. Porque siempre se sigue.

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