Garúa

Hace ocho años estaba llegando a la gran ciudad, proveniente del sur del sur. Como todos los que se mudan siguiendo sus objetivos, ahí estaba yo, con todas las emociones encontradas tratando de entender como era que había llegado acá. Tratando de entender, pero al mismo tiempo con esa actitud superada, digna de una adolescente dejando su casa. Miedo? Por fuera, de ninguna manera! Por dentro, todos los miedos!!

Muchas cosas me quedan por conocer. Pero hace ocho años era mucho más lo que no conocía. Por ejemplo: conocía el tema "todos atrás y dios de nueve" (te garúa finito, se te pone blandito...), pero no sabía que la palabra "tegarúa" no existe. De hecho...no conocía la garúa, la cual conocí acá, en Buenos Aires. Viajé por segunda vez en subte (Erst mal in Wien). Conocí por dentro la educación publica, la cual hizo que me enamore de ella, me convenció (tarde!!! pero seguro) de que debería ser la única opción. Empecé a disfrutar los paragüas, jamás usados en la ciudad de la gente detrás de la montaña. Empecé a disfrutar de una menor amplitud térmica, sorprendida de madrugadas y noches en short y musculosa. Conocí las plazas como la conocen los porteños, como jardín para disfrutar en cualquier momento libre. Más, mucho más conocí.

Hoy mi hermanito tuvo su primer día de CBC. Recuerdo a mi hermana haciéndome el planito para tomarme el 42 en Federico Lacroze y Cabildo. Esta vez fui yo la que le hizo el planito a mi hermano. Yo lo veo cómodo, contento, instalado. ¿Esa apariencia habré tenido yo? ¿Tendrá las mismas inseguridades que tenía yo? Seguramente estará en el mismo camino, pero por supuesto a su modo.

Llegó a Buenos Aires mi hermanito. Hace meses estoy imaginándome la convivencia con el y hoy puedo decir que creo que voy a disfrutarla. No hay duda de que van a haber días en que nos vamos a querer sacar los ojos, pero confieso que estoy feliz de tenerlo acá.

Bienvenido, hermanito! Pepu, Gigio, Fedulin, Taz, bienvenido!